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El Perfeccionismo Causa Ansiedad

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Maribel Leyva
13 de Septiembre del 2022

Socialmente, son valoradas y reconocidas todas aquellas personas que destacan por ser disciplinadas, ordenadas y firmes en sus convicciones. Definitivamente estas cualidades son dignas de admiración por ser esenciales para el cumplimiento de las metas. Esto está muy bien, siempre y cuando, no caiga en perfeccionismo. Como sabemos, ningún extremo es bueno.

 

El perfeccionismo o hiperexigencia, es la convicción de que se debe hacer todo sin margen de errores y se deben tomar decisiones sin equivocación o fallas.

 

El perfeccionisimo es un rasgo de la personalidad que predispone a trastornos de ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, TOC, entre otros. La persona se da valor a sí misma en función de sus logros. Es como si pensara “valgo por lo que hago”, en lugar de pensar “valgo por ser”.

 

¿Cómo funciona una mente perfeccionista o hiperexigente?

 

Está comprobado que todas las personas podemos tener distorsiones cognitivas, es decir, errores del pensamiento, en mayor o menor medida. Según el Dr. Aaron Beck, padre de la terapia cognitivo conductual, existe una clasificación de estas distorsiones. En el caso de las personas perfeccionistas, las más presentes suelen ser las siguientes:

 

Pensamiento polarizado: También se le conoce como <<Dicotómico>> dos colores, blanco y negro. Consiste en valorar los acontecimientos de forma extrema sin tener en cuenta los aspectos intermedios. Las cosas se valoran como bueno-malo, éxito-fracaso, todo-nada, útil-inútil…

 

Visión catastrófica: Consiste en imaginar que algo terrible, catastrófico puede pasar. Es adelantar acontecimientos, pensando en un posible escenario donde las cosas saldrán muy mal. “Si no logro hacer esto bien, puedo perder mi trabajo y ya nadie confiará en mi”, “si no luzco perfecta, nadie me podrá querer”…

 

Falacia de control: La persona se suele creer responsable de todo lo que ocurre a su alrededor. Se ve a sí misma de manera extrema sobre el grado de control que tiene sobre los acontecimientos de su vida, y en muchos casos, también control sobre los demás, repercutiendo en sus relaciones interpersonales. Frecuentemente, en la medida en que se autoexigen, exigen también a su pareja, hijos, amigos, familia, etc.

 

Filtraje: También se le conoce como <<visión de túnel>>. Es la tendencia de seleccionar un sólo aspecto de una situación; filtrar lo malo, lo que no hay, lo que falta y descartando lo que sí va bien, lo que sí se tiene, lo que sí funciona. Suelen utilizar expresiones como “no soporto”, “no aguanto que”, “es horrible”…

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Las personas perfeccionistas o hiperexigentes, pagan un precio emocional extremadamente alto por resistirse a aceptar la realidad tal cual es, pensando que las cosas deben ser justo como ellos lo quieren. Como todo, lo saludable es el equilibrio, o como dirían en mi pueblo “ni muy muy, ni tan tan”. En lugar de pensar “tengo que hacer todo perfecto”, pensar “haré las cosas lo mejor que pueda”.

 

Si esta situación se detecta patológica, es decir, afectando el desempeño en la vida cotidiana, afectando la salud y su relación con los demás, es recomendable buscar ayuda profesional.

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